Poder. Oh, mi precioso poder. Nunca es suficiente, siempre quieres más, incluso cuando tienes más de lo que necesitas. Esa es su belleza, pero también su lado más oscuro. El poder corrompe. El poder es maravilloso.
Dudo que lo primero que se te ocurra después de comprar un S 63 AMG Coupe sea «Necesito más potencia para este coche». Y aún así, después de un tiempo, estarás pensando precisamente eso. No porque realmente lo necesites, sino porque… ¿por qué no?
Un poco más de potencia no hará daño, ¿verdad? Es completamente inocente, no quieres decir nada con eso. No vas a presumir ni nada, sólo es bueno saber que tu coche es más potente que un S 63 AMG normal. Y la mayoría de los motores de los trenes…
Así que vas a gente como Brabus y terminas con un coche que te matará si juzgas mal la presión del acelerador aunque sea por una décima de pulgada. Pero eres feliz. Porque tienes más poder.
Brabus puede ser el más notorio, pero no están solos. Esto es lo que ofrece G Power. Sin tocar el bloque del motor como lo hace Brabus, G Power exprimirá 705 cv del motor V8 de tu S 63 AMG, con unos bonitos 1.000 Nm en el lateral. ¿Cómo es posible, te preguntas, y por qué AMG no vende el coche con esta cifra de potencia en primer lugar?
Como siempre que hay mucha potencia involucrada, hay una trampa. G Power instala una unidad de control adicional aguas arriba de la original, modificando los datos que son responsables de cosas como la cantidad de combustible y los tiempos de ignición. Nada demasiado elegante, entonces, un niño de cinco años podría hacerlo.
El asunto es, sin embargo, que todas estas modificaciones son cuidadosamente monitoreadas y sólo entran en juego cuando el líquido refrigerante ha alcanzado una cierta temperatura, por razones de seguridad. Además, el aumento de potencia se interrumpe temporalmente cuando la temperatura del aceite alcanza un nivel alto preestablecido (por ejemplo, cuando se conduce a fondo durante demasiado tiempo en un día caluroso de verano).
Y ahí está el motivo por el que AMG no te da el S 63 AMG Coupe con 705 CV de potencia.
También habrás notado que hay algo malo en las ruedas de este S 63 AMG Coupe modificado por G Power. Aparte del hecho de que parecen flores dibujadas por un niño, también son ridículamente grandes. Tienen 21 pulgadas de diámetro, para ser más precisos, con un ancho de 265 delante y 295 detrás. El verdadero problema es la altura del neumático Michelin, que no podrá hacer mucho para proteger las enormes llantas RR del G-POWER HURRICANE una vez que este coche llegue a una carretera del mundo real. Sí, va rápido (0-100 km/h en 3,8 segundos para la versión 4MATIC y una velocidad máxima de más de 330 km/h) pero en su mayor parte hará 30 km/h dando vueltas con cuidado por cada pequeño bache o cresta del asfalto.
Estos son coches de exhibición. Lo compras y vas navegando a velocidades moderadas para que la gente tenga tiempo suficiente para verte y reconocerte. Los guardas en el garaje y se los muestras a tus amigos cuando están de visita. Y luego, finalmente, cuando realmente quieres conducirlos, te dan un juego de ruedas normal y decente y vas a dar una vuelta, dándote cuenta de lo bonito que es tu coche. Un coche que siempre has tenido, pero que se ha estropeado con este paquete de G-Power que, como era de esperar, ni siquiera es barato(6.898 euros por la unidad de control de potencia y 9.095 euros por las ruedas y los neumáticos). Yo digo que te quedes con el S 63 AMG Coupe de serie y estarás bien.